Un guerrero toma su suerte, sea la que sea, y la acepta con la máxima humildad. La humildad del guerrero no es la humildad del pordiosero. El guerrero no agacha la cabeza ante nadie, pero, al mismo tiempo, tampoco permite que nadie agache la cabeza ante él. En cambio, el pordiosero a la menor provocación pide piedad de rodillas y se echa al suelo a que lo pise cualquiera a quien considera más encumbrado; pero al mismo tiempo, exige que alguien más bajo que él le haga lo mismo.
(El hombre de conocimiento ve de modo que tomaría medidas para evitar un peligro). Si algo hubiera, su ver se lo haría saber. Ahora bien, si hay algo que sea desde el fondo perjudicial para él, y su ver no lo alcanza, entonces es su destino, y nadie puede evitar eso.
… El cuerpo tiene que estar perfecto antes de que la voluntad funcione como una unidad.
Somos seres luminosos y fluidos, hechos de fibras…
Podemos ver que la muerte está girando velozmente sobre el hombre, que le hunde las garras más y más en sus fibras luminosas. Podemos ver que las cuerdas luminosas pierden tensión y se desvanecen una a una.
… Cuando vengas, debes venir preparado a morir. Si vienes dispuesto a morir, no habrá caídas, ni sorpresas desagradables, ni acciones innecesarias.
El camino del guerrero es la armonía entre las decisiones y las acciones.
Cuando un hombre común está listo, el Poder le proporciona un maestro.
Un guerrero aprende a entonar su voluntad, a dirigirla a un punto directo, a enfocarla donde quiere. Es como si su voluntad, que sale de la parte media de su cuerpo, fuera una sola fibra luminosa, una fibra que él puede dirigir a cualquier sitio concebible. Esa fibra es el camino al nagual.*
… No te concentra en los hechos pasados. Podemos tocarlos, pero sólo como referencia.
… La confianza de un guerrero no es la confianza del hombre común. El hombre común busca la certeza en los ojos del espectador y llama a eso confianza en sí mismo. El guerrero busca la impecabilidad en sus propios ojos y llama a eso humildad. El hombre común está enganchado a sus prójimos, mientras que el guerrero sólo depende de sí mismo. Tú buscas la confianza del hombre común, cuando deberías buscar la humildad del guerrero. Hay una gran diferencia entre las dos. La confianza implica saber algo con certeza; la humildad implica ser impecable en los propios actos y sentimientos.
… Debes empujarte siempre más allá de tus límites.
Actúa directamente y sin reservas.
¿Sabes que en este mismo instante estás rodeado por la eternidad? ¿Y sabes que puedes usar esa eternidad, si así lo deseas? ¿Sabes que puedes extenderte hasta el infinito? ¿Sabes que un momento puede convertirse en la eternidad? Esto no es una adivinanza; es un hecho, pero sólo si te montas ese momento y lo usas para llevar la totalidad de ti mismo hasta el infinito, en cualquier dirección.
No tienes suficiente poder personal para utilizar mi revelación. Pero si lo tuvieras, sólo mis palabras serían el medio para que acorralaras toda tu totalidad, y sacaras la parte que manda, de estos límites que la contienen.
… Somos seres luminosos. Y para un ser luminoso lo único que importa es el poder personal.
Cambiar nuestra idea del mundo es la clave de la brujería*. Y la única manera de lograrlo es parar el diálogo interno. El asunto, por supuesto, es que ese cambio no puede ser haciendo violentamente.
Un guerrero toma su suerte, sea la que sea, y la acepta con la máxima humildad. Se acepta con humildad así como es, no como base para lamentarse, sino como base para su lucha y su desafío.
… Cualquier pensamiento que uno lleva en mente en un estado de silencio es propiamente una orden, pues no hay otros pensamientos que compitan con él.
… El mundo no se nos viene encima directamente; la descripción del mundo siempre está en el medio.
… Un guerrero está en las manos del Poder y su única libertad es elegir una vida impecable.
Un guerrero siempre está listo. Ser guerrero no es el simple asunto de no más querer serlo. Es más bien una lucha interminable que seguirá hasta el último instante de nuestras vidas. Nadie nace guerrero, exactamente igual que nadie nace siendo un ser razonable. Nosotros nos hacemos lo uno o lo otro.
No hay falla en el camino del guerrero. Síguelo y nadie podrá criticar tus actos.
El cuerpo tiene que estar perfecto antes de que la voluntad funcione como una unidad.
… La clave de la brujería es el diálogo interno. Ésa es la llave que abre todo. Cuando un guerrero aprende a pararlo, todo se hace posible. Los planes más descabellados se logran.
(Pero) mientras pienses que eres un cuerpo sólido, no podrás concebir de qué cosa hablo.
Somos conciencias; no somos objetos; no tenemos solidez. No tenemos límites. El mundo de los objetos y la solidez es una manera de hacer nuestro paso por la tierra más conveniente. Es sólo una descripción creada para ayudarnos. … Nuestra razón, olvida que la descripción es solamente una descripción y así atrapamos la totalidad de nosotros mismos en un círculo vicioso del que rara vez salimos en vida.
… Tú asombrarías como magnífico uno puede actuar cuando tiene la espalda contra el paredón.
Sólo como guerrero puede uno soportar el camino del conocimiento. Un guerrero no puede quejarse ni lamentar nada. Su vida es un desafío interminable, y no hay modo de que los desafíos sean buenos o malos. Los desafíos son simplemente desafíos. La diferencia básica entre un hombre común y un guerrero es que un guerrero toma todo como un desafío, mientras un hombre ordinario toma todo como bendición o maldición.
Un guerrero debe ser fluido y debe desplazarse en armonía con el mundo que lo rodea, ya sea el mundo de la razón o el mundo de la voluntad.
Si no se tiene en cuenta a la muerte, todo es ordinario, trivial. Sólo porque la muerte nos anda al acecho es el mundo un misterio sin principio ni fin.
No sólo debes estar dispuesto a emprender el camino del conocimiento, sino que tus esfuerzos, por sí mismos, deben ser lo bastante impecables para hacerte digno de tal conocimiento.
… La vida puede ser tan despiadada contigo si eres descuidado con tu tonal.*
La triste verdad es que todos nosotros hemos aprendido a la perfección cómo debilitar a nuestro tonal.
Para cumplir la tarea de hacer si mismo miserable, tú debería trabajar de uno modo intenso. El absurdo más grande es que tú no entendiste que podría trabajar de mismo modo para hacerte fuerte y total.
El tonal empieza al nacer y termina al morir, pero el nagual nunca termina. El nagual no tiene límites. El nagual es donde mora el Poder.
“La creatividad es esto”, dijo al poner la mano, con la palma ahuecada, al nivel de mis ojos. Me necesitaba un tiempo increíblemente largo en enfocar los ojos en su mano. Sentí que una membrana transparente sujetaba todo mi cuerpo en una posición fija, y que tenía que romperla para posar la vista en aquella mano. Me esforcé hasta que gotas de sudor fluyeron a mis ojos. Por fin, oí o sentí un chasquido, y mis ojos y mi cabeza se libraron de golpe. En la diestra de don Juan había el roedor más curioso que yo hubiese visto. “¡Tócalo!”, dijo don Juan con suavidad. Maquinalmente lo obedecí y pasé un dedo sobre el lomo suave. Don Juan acercó más su mano a mis ojos, y entonces noté algo que me produjo espasmos nerviosos. La ardilla tenía anteojos y dientes muy grandes. El roedor empezó a crecer en la palma de don Juan, se hizo tan enorme que desapareció…
… Uno de los actos de un guerrero es no dejar que nunca lo afecte nada malo. El control del guerrero tiene que ser impecable.
Te queda muy poco tiempo, y ninguno para idioteces. ¡Espléndido estado! Yo diría que lo mejor de nosotros siempre sale a flote cuando estamos de espaldas contra la pared, cuando sentimos que la espada se cierne sobre nuestra cabeza. En lo personal, yo prefiero ese estado y no viviría de ningún otro modo.
… Durante todo este tiempo que llevo de conocerte, he hablado tanto a tu tonal como a tu nagual. Ésa es la forma de conducir la instrucción. Al comienzo, uno tiene que hablarle al tonal. El tonal es el que debe ceder el control. Pero hay que hacerlo que lo ceda con alegría. En otras palabras, se hace que el tonal abandone cosas innecesarias como el sentirse importante y el entregarse al vicio, las cuales sólo lo hunden en el desorden. Todo el problema es que el tonal se aferra a esas cosas cuando debería dar las gracias por librarse de esa porquería. La tarea es entonces convencer al tonal de que se haga libre y fluido. Es lo que un brujo necesita antes que cualquier otra cosa: un tonal fuerte y libre.
A causa de su debilidad nata, el tonal se destruye con facilidad, y así una de las artes del guerrero es hacer que el nagual emerja para apuntalar al tonal. Digo que es un arte, porque los brujos saben que a través reforzar el tonal puede emerger el nagual. Ese se llama lograr poder personal.
Cuando estés en el mundo del tonal, deberías de ser un tonal impecable. ¡Ahí no hay tiempo para porquerías irracionales! Pero cuando estés en el mundo del nagual, también deberías ser impecable. ¡Ahí no hay tiempo para porquerías racionales! Para el guerrero, la intención es la puerta de en medio. Se cierra por completo detrás de él cuando va o cuando viene.
Si hay demasiados objetos innecesarios en tu isla de tonal, no podrás sostener el encuentro con el nagual. Podrías morirte. Nadie es capaz de sobrevivir un encuentro voluntario con el nagual, sin una larga preparación. Lleva años preparar al tonal para tal encuentro. Al guerrero se le debe enseñar a ser impecable y a estar totalmente transparente antes de que pueda aún siquiera concebir el encuentro con el nagual.
Por un brujo pasa años barriendo su isla hasta el momento en que puede, por así decirlo, escaparse de ella.
Para el nagual no hay tierra, ni aire, ni agua. Así pues el nagual se desliza, o vuela, o hace lo que haga, en la hora del nagual, que nada tiene que ver con la hora del tonal. Las dos cosas no casan.
… Guerrero es, por decirlo así, un prisionero del Poder. Un prisionero que puede hacer una decisión libre: la decisión de actuar como un guerrero impecable, o actuar como un asno. A fin de cuentas, quizás el guerrero no sea un prisionero, sino un esclavo del Poder, porque la decisión ya no es una decisión para él.
Un guerrero no puede sentirse desamparado ni desconcertado ni asustado, bajo ninguna circunstancia. Para un guerrero, sólo hay tiempo para su impecabilidad; todo lo demás agota su poder, la impecabilidad lo renueva.
La impecabilidad es hacer lo mejor que puedas en lo que estás participando.
Cuando te sientes y actúas como un ser inmortal que tiene todo el tiempo del mundo, no eres impecable; en esos momentos debes volverte, mirar alrededor tuyo, y entonces te darás cuenta de que tu sentimiento de tener tiempo es una idiotez.
¡No hay futuro! El futuro no es más que una manera de hablar. Para un brujo sólo existe el aquí y el ahora.
Ahora debes detenerte, volver la vista y reconsiderar tus pasos. Los brujos dicen que éste es el único modo de consolidar lo ganado.
Todo cuanto te he hecho o he hecho contigo ha sido a fin de cumplir una sola tarea, la tarea de limpiar y reordenar tu isla del tonal. Ése es mi trabajo como tú maestro. (La otra tarea) es darte demostraciones innegables del nagual y enseñarte cómo llegar a él.
Te he dicho incontables veces que necesitabas un cambio drástico si querías triunfar en el camino del conocimiento. Este cambio no es un cambio de ánimo, o de actitud, o de lo que uno espera en la vida. Ese cambio implica la transformación de la isla del tonal.
Los años de duro entrenamiento son sólo una preparación para el devastador encuentro del guerrero con lo que fuera que está ahí, más allá de este punto.
Ya no te queda más tiempo, y sin embargo te rodea la eternidad. ¡Qué paradoja para tu razón!
El Poder nos da de acuerdo a nuestra impecabilidad.
… Después detenido el diálogo interno del discípulo, surge un momento inevitable. El aprendiz empieza a tener dudas de todo su aprendizaje. Hasta el discípulo más ferviente sufren en ese punto una grave pérdida de interés.
En la vida del guerrero hay sólo un asunto que en realidad no está decidido: qué tan lejos puede uno avanzar en la senda del conocimiento y el poder. Ése es un asunto abierto y nadie puede predecir el resultado.
La libertad que un guerrero tiene, es actuar impecablemente, o bien actuar como un imbécil.
Ustedes ya han aprendido que la posibilidad de un guerrero está en el ser humilde y eficiente. Ya han aprendido a actuar sin esperar ni pedir nada a cambio. Ahora les digo que, para soportar lo que les aguarda más allá de este día, necesitarán ustedes contenerse hasta lo último.
… El destino de todos nosotros los que estamos aquí ha sido saber que somos prisioneros del Poder. ¡Qué buena suerte!
La vida de un guerrero no puede en modo alguno ser fría y solitaria y sin sentimientos, porque se basa en su afecto, su devoción, su dedicación a su ser amado… La Tierra sabe que él la ama y por eso lo cuida. Por eso la vida del guerrero está llena hasta el borde y su estado, dondequiera que él se encuentre, siempre será la abundancia. El guerrero recorre las sendas de su amor… Esta Tierra… Solamente si uno ama a esta Tierra con pasión inflexible puede uno librarse de la tristeza. Un guerrero siempre está alegre, porque su amor es inalterable y su ser amado, la Tierra, lo abraza y le regala cosas inconcebibles. La tristeza pertenece sólo a esos que odian al mismo ser que les da asilo. Este Ser hermoso, que está vivo hasta sus últimos resquicios y comprende cada sentimiento, me dio cariño, me curó de mis dolores, y finalmente, cuando entendí todo mi cariño por él, me enseñó lo que es la libertad. Solamente amando a este ser espléndido se puede dar libertad al espíritu del guerrero; y la libertad es alegría, eficiencia, y abandono frente a cualquier embate del destino.
martes, 9 de octubre de 2007
VIAJE A IXTLAN
Hacernos responsables de nuestras decisiones significa estar dispuestos a morir por ellas. En un mundo donde la muerte es el cazador no hay decisiones grandes ni pequeñas. Sólo hay decisiones que hacemos a la vista de nuestra muerte inevitable.
Si vas juntando poder en tu cuerpo, el puede realizar hazañas increíbles.
Lo que daña el espíritu es tener siempre encima alguien que te pegue y te diga qué hacer y qué no hacer.
… No tengo ninguna historia personal. Un día descubrí que la historia personal ya no me era necesaria y la dejé, igual que la borrachera. La dejé un día, cuando sentí que ya no era necesaria. Si no tienes historia personal, no se necesitan explicaciones; nadie se enoja ni se desilusiona con tus actos. Y sobre todo, nadie te amarra con sus pensamientos.
Lo mejor es borrar toda historia personal, porque eso nos libera de la carga de los pensamientos ajenos.
… Te tomas todo demasiado en serio. Te das demasiada importancia. ¡Eso hay que cambiarlo! Eres tan importante que puedes marcharte así nomás si las cosas no salen a tu modo. Sin duda piensas que con eso demuestras tener carácter. ¡Eso es absurdo! ¡Tú eres débil y arrogante!
La arrogancia es otra cosa que hay que dejar, lo mismo que la historia personal.
¿Cómo puede uno darse tanta importancia sabiendo que la muerte nos está acechando?
… Cuando estés impaciente que debes hacer es voltear a la izquierda y pedir consejo a tu muerte. Una inmensa cantidad de mezquindad se pierde con sólo que tu muerte te haga un gesto, o alcances a echarle un vistazo, o nada más con que tengas la sensación de que tu compañera está allí vigilándote. La muerte es… la consejera sabia que tenemos. Cada vez que sientas, como siempre lo haces, que todo te está saliendo mal y que estás a punto de ser aniquilado, vuélvete hacia tu muerte y pregúntale ¿si es cierto? Tu muerte te dirá que te equivocas; que nada importa en realidad más que su toque. (Tú) tienes que pedir consejo a la muerte y dejar la maldita mezquindad de los hombres que viven sus vidas como si la muerte nunca los fuera a tocar.
… Cuando un hombre decide hacer algo, debe ir hasta él fin. Pero debe aceptar responsabilidad por lo que hace. Haga lo que haga, primero debe saber por qué lo hace, y luego seguir adelante con sus acciones sin tener dudas ni remordimientos acerca de ellas.
Mírame a mí. Yo no tengo duda ni remordimiento. Todo lo que hago es mi decisión y mi responsabilidad. La muerte me acecha, por eso, no tengo lugar para dudas ni remordimientos. Si tengo que morir como resultado de sacarte a caminar, entonces debo morir.
Hacernos responsables de nuestras decisiones significa estar dispuestos a morir por ellas.
No importa cuál sea la decisión. Nada podría ser más ni menos serio que ninguna otra cosa. ¿No ves? En un mundo donde la muerte es el cazador no hay decisiones grandes ni pequeñas. Sólo hay decisiones que hacemos a la vista de nuestra muerte inevitable.
El guerrero asuma responsabilidad por sus acciones, por sus acciones más triviales.
El mundo de actos y decisiones precisas es infinitamente más efectivo que la torpe idiotez que tú llamas “mi vida”.
Mi interés ha sido convencerte de que debes hacerte responsable por estar aquí, en este maravilloso mundo, en este maravilloso desierto, en este maravilloso tiempo. Quise convencerte de que debes aprender a hacer que cada acto cuente, pues vas a estar aquí sólo un rato corto, de hecho, muy corto para presenciar todas las maravillas que existen.
Hay una cosa sencilla que anda mal contigo: crees que tienes mucho tiempo. Crees que tu vida va a durar para siempre.
Si no crees que tu vida va a durar para siempre, ¿qué cosa esperas? ¿Por qué titubeas en cambiar? ¡No tienes tiempo para este juego, idiota! Esto, lo que estás haciendo ahora, puede ser tu último acto sobre la tierra. Puede muy bien ser tu última batalla. Si ésta fuera tu última batalla sobre la tierra, yo diría que eres un idiota. Estas desperdiciando en una tontería tu acto sobre la tierra. No tienes tiempo, amigo mío, no tienes tiempo. Ninguno de nosotros tiene tiempo. No me des la razón por las puras. En vez de estar de acuerdo tan fácilmente, debes actuar.
La felicidad es actuar con el conocimiento pleno de que no tienen tiempo; así, los actos tienen un poder peculiar. Los actos son poder sobre todo cuando la persona que actúa sabe que esos actos son su última batalla.
Hay una extraña felicidad ardiente en actuar con el pleno conocimiento de que lo que uno está haciendo puede muy bien ser su último acto sobre la tierra. Te recomiendo meditar en tu vida y contemplar tus actos bajo esa luz. ¡No tienes tiempo, amigo mío! Ésa es la desgracia de los seres humanos. Ninguno de nosotros tiene tiempo suficiente. Tu continuidad sólo te hace tímido. Tus actos no pueden de ninguna manera tener el gusto, el poder, la fuerza irresistible de los actos realizados por un hombre que sabe que está librando su última batalla sobre la tierra. En otras palabras, tu continuidad no te hace feliz ni poderoso. Pon tu atención en el lazo que te une con tu muerte, sin remordimiento ni tristeza ni preocupación. Pon tu atención en el hecho de que no tienes tiempo, y deja que tus actos fluyan de acuerdo con eso. Que cada uno de tus actos sea tu última batalla sobre la tierra. Sólo bajo tales condiciones tendrán tus actos el poder que les corresponde. En otro modo serán, mientras vivas, los actos de un hombre tímido.
… Debes aprender a hacerte accesible al Poder.*
… Cualquier guerrero podría llegar a ser hombre de conocimiento. Como ya te dije, un guerrero es un cazador impecable que caza Poder. Si logra cazar, puede ser un hombre de conocimiento.
Un guerrero, guiado por su empeño inflexible, puede alejar cualquier cosa. Ninguna rata, ni serpiente, ni puma podría molestarlo.
La pena a si mismo no encaja con el poder.
A un guerrero puede ser hecho daño físico, pero no ofensa. Para un guerrero no hay nada ofensivo en los actos de sus semejantes mientras él mismo esté actuando dentro del ánimo correcto.
La otra noche, no te ofendiste con el león. El hecho de que nos persiguió no te hizo enojar. No te oí maldecirlo, ni te oí decir que no tuviera derecho a seguirnos. Fácilmente podría haber sido un león cruel y malicioso.
Lograr el ánimo de un guerrero no es cosa sencilla. Considerar iguales al puma y a las ratas de agua y a nuestros semejantes es un acto magnífico del espíritu del guerrero. Se necesita poder para eso.
Vas en busca de Poder y todo cuanto haces cuenta.
Soy tan joven como quiero. Esto también es cosa de poder personal. Si vas juntando poder en tu cuerpo, el puede realizar hazañas increíbles. En cambio, si disipas el poder, te pones viejo y gordo de la noche a la mañana.
Hay mundos sobre mundos, aquí mismo frente a nosotros.
La muerte siempre está esperando, y cuando el poder del guerrero mengua, la muerte simplemente lo toca. Por eso, aventurarse a lo desconocido sin ningún poder es estúpido. Sólo se encuentra la muerte.
El mundo es un misterio. Esto, lo que estás mirando, no es todo lo que hay. El mundo tiene muchas más cosas, tantas que es inacabable. Cuando estás buscando la respuesta, lo único que haces en realidad es tratar de volver familiar el mundo. Tú y yo estamos aquí mismo, en el mundo que llamas real, simplemente porque los dos lo conocemos. Tú no conoces el mundo del Poder, por eso no puedes convertirlo en una escena familiar.
Un guerrero es un cazador de poder. Yo te estoy enseñando a cazarlo y guardarlo.
El poder no pertenece a nadie. Algunos de nosotros podemos guardarlo, y luego se le podría dar directamente a otra persona. Verás, la clave del poder así guardado es que sólo puede usarse para ayudar a alguien más a guardar poder… Cuando se trataba de darlo directamente a otra persona, era inútil a menos que esa persona lo utilizara para su propia búsqueda de poder personal.
Un guerrero vive su vida estratégicamente. Sólo asiste a una fiesta o a una reunión así, en caso de que su estrategia lo pida. Eso significa, desde luego, que tiene dominio total y realiza todos los actos que considera necesarios.
… Nada se gana forzando las cosas.
… Si quieres sobrevivir, debes ser claro como el cristal y estar completamente seguro de ti mismo.
Si vas juntando poder en tu cuerpo, el puede realizar hazañas increíbles.
Lo que daña el espíritu es tener siempre encima alguien que te pegue y te diga qué hacer y qué no hacer.
… No tengo ninguna historia personal. Un día descubrí que la historia personal ya no me era necesaria y la dejé, igual que la borrachera. La dejé un día, cuando sentí que ya no era necesaria. Si no tienes historia personal, no se necesitan explicaciones; nadie se enoja ni se desilusiona con tus actos. Y sobre todo, nadie te amarra con sus pensamientos.
Lo mejor es borrar toda historia personal, porque eso nos libera de la carga de los pensamientos ajenos.
… Te tomas todo demasiado en serio. Te das demasiada importancia. ¡Eso hay que cambiarlo! Eres tan importante que puedes marcharte así nomás si las cosas no salen a tu modo. Sin duda piensas que con eso demuestras tener carácter. ¡Eso es absurdo! ¡Tú eres débil y arrogante!
La arrogancia es otra cosa que hay que dejar, lo mismo que la historia personal.
¿Cómo puede uno darse tanta importancia sabiendo que la muerte nos está acechando?
… Cuando estés impaciente que debes hacer es voltear a la izquierda y pedir consejo a tu muerte. Una inmensa cantidad de mezquindad se pierde con sólo que tu muerte te haga un gesto, o alcances a echarle un vistazo, o nada más con que tengas la sensación de que tu compañera está allí vigilándote. La muerte es… la consejera sabia que tenemos. Cada vez que sientas, como siempre lo haces, que todo te está saliendo mal y que estás a punto de ser aniquilado, vuélvete hacia tu muerte y pregúntale ¿si es cierto? Tu muerte te dirá que te equivocas; que nada importa en realidad más que su toque. (Tú) tienes que pedir consejo a la muerte y dejar la maldita mezquindad de los hombres que viven sus vidas como si la muerte nunca los fuera a tocar.
… Cuando un hombre decide hacer algo, debe ir hasta él fin. Pero debe aceptar responsabilidad por lo que hace. Haga lo que haga, primero debe saber por qué lo hace, y luego seguir adelante con sus acciones sin tener dudas ni remordimientos acerca de ellas.
Mírame a mí. Yo no tengo duda ni remordimiento. Todo lo que hago es mi decisión y mi responsabilidad. La muerte me acecha, por eso, no tengo lugar para dudas ni remordimientos. Si tengo que morir como resultado de sacarte a caminar, entonces debo morir.
Hacernos responsables de nuestras decisiones significa estar dispuestos a morir por ellas.
No importa cuál sea la decisión. Nada podría ser más ni menos serio que ninguna otra cosa. ¿No ves? En un mundo donde la muerte es el cazador no hay decisiones grandes ni pequeñas. Sólo hay decisiones que hacemos a la vista de nuestra muerte inevitable.
El guerrero asuma responsabilidad por sus acciones, por sus acciones más triviales.
El mundo de actos y decisiones precisas es infinitamente más efectivo que la torpe idiotez que tú llamas “mi vida”.
Mi interés ha sido convencerte de que debes hacerte responsable por estar aquí, en este maravilloso mundo, en este maravilloso desierto, en este maravilloso tiempo. Quise convencerte de que debes aprender a hacer que cada acto cuente, pues vas a estar aquí sólo un rato corto, de hecho, muy corto para presenciar todas las maravillas que existen.
Hay una cosa sencilla que anda mal contigo: crees que tienes mucho tiempo. Crees que tu vida va a durar para siempre.
Si no crees que tu vida va a durar para siempre, ¿qué cosa esperas? ¿Por qué titubeas en cambiar? ¡No tienes tiempo para este juego, idiota! Esto, lo que estás haciendo ahora, puede ser tu último acto sobre la tierra. Puede muy bien ser tu última batalla. Si ésta fuera tu última batalla sobre la tierra, yo diría que eres un idiota. Estas desperdiciando en una tontería tu acto sobre la tierra. No tienes tiempo, amigo mío, no tienes tiempo. Ninguno de nosotros tiene tiempo. No me des la razón por las puras. En vez de estar de acuerdo tan fácilmente, debes actuar.
La felicidad es actuar con el conocimiento pleno de que no tienen tiempo; así, los actos tienen un poder peculiar. Los actos son poder sobre todo cuando la persona que actúa sabe que esos actos son su última batalla.
Hay una extraña felicidad ardiente en actuar con el pleno conocimiento de que lo que uno está haciendo puede muy bien ser su último acto sobre la tierra. Te recomiendo meditar en tu vida y contemplar tus actos bajo esa luz. ¡No tienes tiempo, amigo mío! Ésa es la desgracia de los seres humanos. Ninguno de nosotros tiene tiempo suficiente. Tu continuidad sólo te hace tímido. Tus actos no pueden de ninguna manera tener el gusto, el poder, la fuerza irresistible de los actos realizados por un hombre que sabe que está librando su última batalla sobre la tierra. En otras palabras, tu continuidad no te hace feliz ni poderoso. Pon tu atención en el lazo que te une con tu muerte, sin remordimiento ni tristeza ni preocupación. Pon tu atención en el hecho de que no tienes tiempo, y deja que tus actos fluyan de acuerdo con eso. Que cada uno de tus actos sea tu última batalla sobre la tierra. Sólo bajo tales condiciones tendrán tus actos el poder que les corresponde. En otro modo serán, mientras vivas, los actos de un hombre tímido.
… Debes aprender a hacerte accesible al Poder.*
… Cualquier guerrero podría llegar a ser hombre de conocimiento. Como ya te dije, un guerrero es un cazador impecable que caza Poder. Si logra cazar, puede ser un hombre de conocimiento.
Un guerrero, guiado por su empeño inflexible, puede alejar cualquier cosa. Ninguna rata, ni serpiente, ni puma podría molestarlo.
La pena a si mismo no encaja con el poder.
A un guerrero puede ser hecho daño físico, pero no ofensa. Para un guerrero no hay nada ofensivo en los actos de sus semejantes mientras él mismo esté actuando dentro del ánimo correcto.
La otra noche, no te ofendiste con el león. El hecho de que nos persiguió no te hizo enojar. No te oí maldecirlo, ni te oí decir que no tuviera derecho a seguirnos. Fácilmente podría haber sido un león cruel y malicioso.
Lograr el ánimo de un guerrero no es cosa sencilla. Considerar iguales al puma y a las ratas de agua y a nuestros semejantes es un acto magnífico del espíritu del guerrero. Se necesita poder para eso.
Vas en busca de Poder y todo cuanto haces cuenta.
Soy tan joven como quiero. Esto también es cosa de poder personal. Si vas juntando poder en tu cuerpo, el puede realizar hazañas increíbles. En cambio, si disipas el poder, te pones viejo y gordo de la noche a la mañana.
Hay mundos sobre mundos, aquí mismo frente a nosotros.
La muerte siempre está esperando, y cuando el poder del guerrero mengua, la muerte simplemente lo toca. Por eso, aventurarse a lo desconocido sin ningún poder es estúpido. Sólo se encuentra la muerte.
El mundo es un misterio. Esto, lo que estás mirando, no es todo lo que hay. El mundo tiene muchas más cosas, tantas que es inacabable. Cuando estás buscando la respuesta, lo único que haces en realidad es tratar de volver familiar el mundo. Tú y yo estamos aquí mismo, en el mundo que llamas real, simplemente porque los dos lo conocemos. Tú no conoces el mundo del Poder, por eso no puedes convertirlo en una escena familiar.
Un guerrero es un cazador de poder. Yo te estoy enseñando a cazarlo y guardarlo.
El poder no pertenece a nadie. Algunos de nosotros podemos guardarlo, y luego se le podría dar directamente a otra persona. Verás, la clave del poder así guardado es que sólo puede usarse para ayudar a alguien más a guardar poder… Cuando se trataba de darlo directamente a otra persona, era inútil a menos que esa persona lo utilizara para su propia búsqueda de poder personal.
Un guerrero vive su vida estratégicamente. Sólo asiste a una fiesta o a una reunión así, en caso de que su estrategia lo pida. Eso significa, desde luego, que tiene dominio total y realiza todos los actos que considera necesarios.
… Nada se gana forzando las cosas.
… Si quieres sobrevivir, debes ser claro como el cristal y estar completamente seguro de ti mismo.
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